Somos testigos de la veloz incorporación de tecnología que se va dando en nuestra vidas. Nuestras aulas no pueden ser la excepción. Pero pretendemos hacer un uso inteligente de las mismas. Y siempre orientado a hacer más y mejores aprendizajes.
Para ello, debemos formarnos y actualizarnos constantemente en las posibilidades que las nuevas tecnologías nos traen y en cómo hacer un buen uso, que potencie nuestras capacidades, sin perder el foco de atención en los aprendizajes que nos proponemos.
De este modo, desde los más pequeños con sus tablets hasta los más grandes y sus proyectos de Robótica, la tecnología acompaña y potencia cada vez más nuestros aprendizajes, de la mano del pensamiento computacional.
En cada nivel, contamos con espacios curriculares específicos y con aulas preparadas para el trabajo con tecnología.